La poetisa, diplomática, profesora y pedagoga chilena Lucila de María del Perpetuo Socorro Godoy Alcayata, más conocida como Gabriela Mistral, falleció el 10 de enero de 1957, en la ciudad estadounidense de Nueva York, dejando una extensa obra literaria.

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A los 67 años de edad, la poetisa, fallecía como la primera mujer de Iberoamérica y la segunda persona latinoamericana en ganar el Premio Nobel de Literatura, a la vez que transcendió como una de las principales defensoras de la educación pública y los derechos de las infancias.

Gabriela Mistral nació en Vicuña, una ciudad del Norte Chico de Chile, el 7 de abril de 1889, proveniente de una familia de escasos recursos. Por esa razón no pudo completar sus estudios académicos: no obstante, inició en 1903 su vida como docente en la región de Coquimbo, logrando en 1910 revalidar sus conocimientos en la Escuela N°1 de Santiago de Chile, donde recibió el título de profesora de Estado, lo que le permitió impartir clases en escuelas secundarias.

La poetisa escogió el pseudónimo Gabriela Mistral en homenaje a dos de sus poetas favoritos, el italiano Gabriele D’Annunzio y el occitano Frédéric Mistral. En 1904 en la revista El Coquimbo publicó por primera vez un poema “Del pasado” con el pseudónimo por el que pasaría a la inmortalidad.

También colaboró en diferentes publicaciones, entre ellas Penumbras de la Serena, La Voz de Elqui de Vicuña y El Coquimbo; asimismo, en la revista Elegancias, dirigida por Rubén Darío desde París, ganó en 1914, el Premio Nacional de Poesía de Chile con la obra “Sonetos de la muerte”.

Gabriela dedicó más de una década a la enseñanza en Chile en localidades como  Antofagasta, Los Andes, Punta Arenas, Temuco y Santiago. En junio de 1922 fue convocada por el ministro de Educación de México, José Vasconcelos, para colaborar en la nación mexicana en la implementación de un nuevo sistema educativo, así como resaltar la importancia de la enseñanza rural, desde una nueva percepción de la pedagogía.

La trayectoria de Gabriela Mistral está impactada por la defensa de los derechos de las infancias y la importancia de la educación pública. También colaboró en países de Europa y América, como Estados Unidos, Nicaragua y Puerto Rico.

El jurado de la Academia Sueca, al otorgarle el Premio Nobel de Literatura el 10 de diciembre de 1945, manifestó que “su obra lírica que, inspirada en poderosas emociones, ha convertido su nombre en un símbolo de las aspiraciones idealistas de todo el mundo latinoamericano”.

A continuación compartimos algunas de las frases de Gabriela Mistral que inspiran a consultar su obra, al cumplirse 67 años de su paso a la inmortalidad:

1.- «El mundo cambia en un instante y nacemos en un día».

2.- «Decir amistad es decir entendimiento cabal, confianza rápida y larga memoria; es decir, fidelidad».

3.- «Hay besos que producen desvaríos de amorosa pasión ardiente y loca, tú los conoces bien son besos míos inventados por mí, para tu boca».

4.- «La educación es, tal vez, la forma más alta de buscar a Dios».

5.- «Donde haya un árbol que plantar, plántalo tú. Donde haya un error que enmendar, enmiéndalo tú. Donde haya un esfuerzo que todos esquivan, hazlo tú. Sé tú el que aparta la piedra del camino».

6.-  «Los días más felices son aquellos que nos hacen sabios».

7.- «El mundo fue más hermoso desde que me hiciste aliada, cuando junto de un espino nos quedamos sin palabras ¡y el amor como el espino nos traspasó de fragancia!».

8.- «Lo que el alma hace por su cuerpo es lo que el artista hace por su pueblo».

9.-  «Tengo un día. Si lo sé aprovechar, tengo un tesoro».

10.- «El futuro de los niños es siempre hoy. Mañana será tarde».

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